Fuente: SInCA / Click

La Argentina produce mucha cultura. Eso indican los datos: la participación de la cultura en la economía nacional es del 3,8% sobre el PBI y aporta el 2,9% del empleo total, alrededor de 469 mil puestos de trabajo1. Estos números demuestran que además de su importancia simbólica, la cultura contribuye a la generación de riqueza y a la creación de empleos. Pero lamentablemente, esta producción no está homogéneamente distribuida. En la Argentina, la concentración económica –producto de grandes desigualdades históricas–, nuclea la mayor parte de la producción cultural en la región metropolitana de Buenos Aires, lo que restringe los canales de circulación y estandariza los contenidos.

Sin embargo y pese a esa concentración poblacional, económica y cultural, nuestro país se destaca por la gran diversidad de sus propuestas culturales. Miles de argentinos producen diariamente libros, música, películas, televisión, funciones de teatro y danza, diseñan objetos e indumentaria, organizan festivales y sitios de Internet, crean videojuegos y revistas a lo largo y a lo ancho de la Argentina. En todas las provincias y regiones hay industrias culturales e iniciativas de turismo cultural, de preservación del patrimonio y de fomento de la cultura popular y comunitaria, que producen un importante valor simbólico y económico. Entonces, ¿dónde están esos productores?, ¿qué fiestas populares los inspiran?, ¿qué producen?, ¿cómo se agrupan y organizan?, ¿cómo interviene el Estado en la promoción de esas industrias culturales?

El nuevo Atlas Cultural de la Argentina muestra el variadísimo relieve cultural nacional y ofrece, región por región2, estadísticas, cartografía y valiosos indicadores para la divulgación y la toma de decisiones de política pública, iniciativas privadas y para la vida cotidiana.

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