BIBLIODIVERSIDAD – Indicadores y Debate

Por Stella Puente, consultora en Industrias Culturales, directora de los posgrados en Industrias Culturales (Universidad Nacional de Tres de Febrero) – Argentina.

El concepto de diversidad cultural, su evolución histórica, hace eje en la relación existente entre una producción cultural, mayor­mente industrializada, y su incapacidad para representar dis­tintas voces, actores, expresiones, territorios, con todo lo que ello implica en la construcción de los imaginarios sociales. Sus primeros pasos en la ronda del Gatt y su posterior cobijo en organismos internacionales evidencia, también, la influencia que en su desarrollo tienen las políticas tanto nacionales, regionales o globales. En este entramado se revela la existencia de acto­res, cuyas condiciones de generación y circulación de conteni­dos culturales en el marco de un mercado ganado por grandes conglomerados, presentan, por lo menos, grandes dificultades. Es en este punto donde el Estado como actor, en su rol de equi­librador de mercado, cumple un papel central. El concepto de bibliodiversidad presupone la existencia de un entramado de pequeños actores como condición de su existencia, sin reparar en otra serie de indicadores que bien podrían dar un panorama más complejo del tema.

Con una metodología de investigación basada en relevamiento de información secundaria, de fuentes de información estadís­tica, se hace foco en los procesos de concentración que afecta al sector editorial en sus distintas variables. Finalmente y tomando como antecedente un modelo metodológico para medir la diver­sidad en la industria del cine, se propone una serie de indicado­res capaces de ser aplicados para la construcción de un índice de diversidad en la industria del libro.

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