Por Roberto Igarza

Ocio y producción ya no son actividades que ocurren de manera disociada.  A lo largo de una amplia mayoría de las horas que el usuario está activo o despierto, la pantalla de la computadora ofrece una grande cantidad de contenidos de ocio y entretenimiento. La participación que está teniendo el usuario en Internet deja entrever el perfil de un consumidor que alterna con más facilidad que antes entre el rol pasivo y un rol más activo como productor, como nodo de un sistema plural en el que la información que surge de la conversación con los pares resulta más confiable que la proveniente de las fuentes tradicionales.

La construcción de la agenda pública aún pertenece al mundo del off line, en especial a la tv.

En este artículo se habla de estos aspectos desde el punto de vista de las redes sociales, la Generación C en su capacidad para convertir sus vidas en un espacio colectivo en los medios sociales, los posicionando en el epicentro de un nuevo sistema de consumo de contenidos y de interacción con el sistema cultural-mediático.

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